Historia La primera versión fue escrita por un autor anónimo y apareció el 20 de mayo de 1830. La segunda la escribió el poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo a petición del entonces presidente Juan José Flores.
La tercera apareció en 1838, escrita por el general Flores. La cuarta la presentó en 1845 el doctor Agustín Salazar y Lozano. En 1865 se solicitó a Juan León Mera componer la letra del Himno Nacional y aceptó. Hubo algunos intentos por modificar la letra pero finalmente el Congreso Nacional de 1948 proclamó, como oficial el Himno compuesto por Juan León Mera (letra) y Antonio Neumane (música) en 1865. Este se mantiene hasta nuestros días.
CORO Salve oh Patria, mil veces! Oh Patria! gloria a ti! Y a tu pecho rebosa gozo y paz, y tu frente radiosa más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFAS
I Indignados tus hijos del yugo que te impuso la ibérica audacia, de la injusta y horrenda desgracia que pesaba fatal sobre ti, santa voz a los cielos alzaron, voz de noble y sin par juramento, de vengarte del monstruo sangriento, de romper ese yugo servil.
II Los primeros los hijos del suelo que, soberbio; el Pichincha decora te aclamaron por siempre señora y vertieron su sangre por ti. Dios miró y aceptó el holocausto, y esa sangre fue germen fecundo de otros héroes que, atónito, el mundo vio en tu torno a millares surgir.
III De estos héroes al brazo de hierro nada tuvo invencible la tierra, y del valle a la altísima sierra se escuchaba el fragor de la lid; tras la lid la victoria volaba, libertad tras el triunfo venía, y al león destrozado se oía de impotencia y despecho rugir.
IV Cedió al fin la fiereza española, y hoy, oh Patria, tu libre existencia es la noble y magn¡fica herencia que nos dio, el heroísmo feliz; de las manos paternas la hubimos, nadie intente arrancárnosla ahora, ni nuestra ira excitar vengadora quiera, necio o audaz, contra sí.
V Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras de tus héroes gloriosos nos miran, y el valor y el orgullo que inspiran son augurios de triunfos por ti. Venga el hierro y el plomo fulmíneo, que a la idea de guerra, y venganza se despierta la heroica pujanza que hizo al fiero español sucumbir.
VI Y si nuevas cadenas prepara la injusticia de bárbarasuerte, gran Pichincha! prevén tú la muerte de la patria y sus hijos al fin; hunde al punto en tus hondas extrañas cuando existe en tu tierra: el tirano huelle sólo cenizas y en vano busque rastro de ser junto a ti.
Historia El 30 de mayo de 1934 cuando el presidente de la República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo Molina, mediante la Ley número 700, declaró himno oficial de la República el compuesto por el maestro José Reyes con letra del poeta y educador Emilio Prud'homme. El Artículo 33 de la Constitución declara: "El Himno Nacional es la composición musical de José Reyes con letras de Emilio Prud´Homme, y es único e invariable."
Historia El Himno Nacional de Cuba se cantó por primera vez el 20 de octubre de 1868, cuando los mambises liberaron Bayamo. Inicialmente se conoció como "La Bayamesa". El patriota y mambí Pedro Figueredo fue el autor de este himno que fue escrito en la montura de su caballo, recien tomada la ciudad.
Al combate corred, Bayameses, que la patria os contempla orgullosa no temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir. En cadenas vivir, es vivir en oprobio y afrenta sumidos; del clarín escuchad el sonido: a las armas, valientes, corred.
Historia El Rey Carlos III declara Marcha de Honor a la Marcha Granadera el 3 de septiembre de 1770. La costumbre y el arraigo popular la erigen en Himno Nacional, sin que exista ninguna disposición escrita. En 1870, el General Prim convoca un concurso nacional para crear un Himno Oficial. El concurso se declara desierto, aconsejando el Jurado que la Marcha Granadera continuara como Himno.
Finalmente, se aprobó una versión de la Marcha Granadera, que, respetando la armonización del Maestro Pérez Casas, recupera la composición de su época de origen, despojándola de de cambios de tono impropios del siglo XVIII.
Historia En sus versos se glorifica al pueblo . se refieren sus tiempos de tristeza, se preconizan ideales de libertad y se hace profesión de fe al aludir al Ser Supremo, Himno eminentemente religioso y patriótico, sagrada expresión de la voluntad y el querer del pueblo venezolano.
Coro Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó la Ley respetando la virtud y honor.
I ¡Abajo cadenas! (bis) Gritaba el señor; (bis) y el pobre en su choza Libertad pidió: A este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó. (Coro)
II Gritemos con brío: (bis) Muera la opresión (bis) Compatriotas fieles, la fuerza es la unión; y desde el Empíreo el Supremo Autor, un sublime aliento al pueblo infundió. (Coro)
III Unida con lazos (bis) que el cielo formó, (bis) la América toda existe en Nación; y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio. (Coro)
Historia El texto del Himno Nacional de Uruguay es de Francisco Acuña de Figueroa. Fue declarado como tal por decreto de 8 de julio de 1833. La música fue compuesta por Francisco José Debali, quien contó con la colaboración del músico aficionado Fernando Quijano. Fue interpretada por primera vez el 19 de julio de 1845 y oficializada por decreto del 25 de julio de 1848 . Noventa años más tarde un nuevo decreto incorpora modificaciones de Gerardo Grasso y Benone Calcavecchia.
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir. Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir.
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir. Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir. Sabremos cumplir! sabremos cumplir! sabremos cumplir!
¡Libertad, libertad, Orientales! Este grito a la patria salvó. Y a sus bravos, en fieras batallas, De entusiasmo sublime inflamó.
¡Libertad, libertad, Orientales! Este grito a la patria salvó. Y a sus bravos, en fieras batallas, De entusiasmo sublime inflamó.
De este don sacrosanto la gloria merecimos Tiranos ¡temblad! Tiranos ¡temblad! Tiranos ¡temblad! Ah!
¡Libertad! en la lid clamaremos Y muriendo, también ¡Libertad! Libertad en la lid clamaremos y muriendo, también ¡Libertad!! y muriendo, también ¡Libertad!! También ¡Libertad! También ¡Libertad!
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir!
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. que sabremos cumplir.
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir
Historia Nació de una danza escrita por el catalán Félix Astol Artés en el año 1867.Un año después, la poetisa Lola Rodríguez de Tió escribió la letra Revolucionaria, relacionada a la época política que se vivía en la Isla. En el 1901, Manuel Fernádez Juncos escribe una nueva versión que es la que hoy conocemos, mientras Francisco Ramírez Ortíz escribe la música. El arreglo musical y oficial del Himno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico es hecho por Ramón Collado en 1952. El mismo se interpretó por primera vez como Himno Oficial el 25 de julio de 1952, en los actos de la Proclamacón de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
La tierra de Borinquen donde he nacido yo. Es un jardín florido de mágico esplendor. Un cielo siempre nítido le sirve de dosel. Y dan arrullos plácidos las olas a sus pies. Cuando a sus playas llego Colón, exclamó lleno de admiración: Oh! Oh! Oh! Esta es la linda tierra, que busco yo. Es Borinquen la hija, la hija del Mar y el sol. del Mar y el Sol, del Mar y el Sol, del Mar y el Sol, del Mar y el Sol!
Historia La música y la letra del Himno Nacional fueron publicadas por José Bernardo Alcedo en su libro "Teoría Elemental de la Música". En la letra aparecen el coro y seis estrofas, letra según confiesa Alcedo, que había experimentado algunas modificaciones y en la que no figuraba la estrofa más cantada y mejor ajustada a la música: "Largo tiempo el peruano oprimido..... ". Poco tiempo después de la victoria de Ayacucho, el Capitán José Hipólito Herrera publicó el 'Álbum de Ayacucho', donde aparece la letra del Himno Nacional con el coro y cuatro estrofas.
Posteriormente en I853, el poeta Manuel Nicolás Corpancho en su libro "Lira Patriótica del Perú'; publica el coro y tres estrofas del Himno Nacional, y tampoco aparece en este texto la más popular estrofa mencionada por Alcedo, y aún más, Corpancho con la intención de eliminar algunas de las imperfecciones literarias del original de Torre Ugarte, corrige íntegramente la estrofa que se refiere a Lima (La cuarta en la letra considerada como definitiva) y a la vez modifica dos líneas finales de la considerada como quinta estrofa.
Letra: José de la Torre Ugarte Musica : José Bernardo Alcedo.
CORO Somos libres, seámoslo siempre, y antes niegue sus luces del sol, que faltemos al voto solemne que la Patria al Eterno elevo ESTROFAS
I Largo tiempo el peruano oprimido la ominosa cadena arrastro condenada a una cruel servidumbre largo tiempo en silencio gimió. Mas apenas el grito sagrado ¡Libertad! en sus costas se oyó; la indolencia al esclavo sacude la humillada cerviz levantó.
II Ya el estruendo de broncas cadenas que escuchamos tres siglos de horror de los libres el grito sagrado que oyó atónito el mundo, ceso. Por doquier San Martín inflamado libertad, libertad, pronunció y meciendo su base los Andes la enunciaron también a una voz.
III Con su influjo los pueblos despiertan, y cual rayo corrió la opinión; desde el itsmo a las tierras del fuego, desde el fuego a la helada región todos juran romper el enlace que natura a ambos mundos negó, y quebrar ese cetro que España, reclinaba orgullosa en los dos.
IV Lima cumple ese voto solemne y severa su enojo mostró al tirano impotente lanzado que intentaba su opresión. A su esfuerzo saltaron los grillos y los surcos que en sí reparo, le atizaron el odio y venganza Que heredara de su Inca y Señor.
V Compatriotas, no más verla esclava, Si humillada tres siglos gimió para siempre jurémosla libre manteniendo su propio esplendor. Nuestros brazos hasta hoy desarmados, estén siempre cebando el cañón, que algún día las playas se Iberia sentirán de su estruendo el terror.
VI En su cima los Andes sostengan la bandera o pendón bicolor que a los siglos anuncie el esfuerzo que ser libres por siempre nos dió. A su sombra vivamos tranquilos, y al nacer por sus cumbres el sol, renovemos el gran juramento que rendimos al dios de Jacob
Historia La primera vez que se cantó el Himno Nacional de Honduras fue el 15 de septiembre de 1904 por las alumnas de la Escuela Normal de Señoritas. El 13 de noviembre de 1915 bajo decreto No. 42 el presidente de la república, doctor Alberto Membreño dió vida oficial al Himno Nacional.
CORO Tu bandera es un lampo de cielo por un bloque de nieve cruzado; y se ven en su fondo sagrado cinco estrellas de pálido azul; en tu emblema, que un mar rumoroso con sus ondas bravías escuda, de un volcán, tras la cima desnuda, hay un astro de nítida luz.
I estrofa
India virgen y hermosa dormías de tus mares al canto sonoro, cuando echada en tus cuencas de oro el audaz navegante te halló; y al mirar tu belleza extasiado, al influjo ideal de tu encanto, la orla azul de tu espléndido manto con su beso de amor consagró.
II estrofa
De un país donde el sol se levanta, más allá del Atlante azulado, aquel hombre que te había soñado y en tu busca a la mar se lanzó. Cuando erguiste la pálida frente, en la viva ansiedad de tu anhelo, bajo el dombo gentil de tu cielo ya flotaba un extraño pendón.
III estrofa
Era inútil que el indio tu amado se aprestara a la lucha con ira, porque envuelto en su sangre Lempira, en la noche profunda se hundió; y de la épica hazaña, en memoria, la leyenda tan sólo ha guardado de un sepulcro el lugar ignorado y el severo perfil de un peñón.
IV estrofa
Por tres siglos tus hijos oyeron el mandato imperioso del amo; por tres siglos tu inútil reclamo en la atmósfera azul se perdió; pero un día de gloria tu oído percibió, poderoso y distante, que allá lejos, por sobre el Atlante, indignado rugía un león.
V estrofa
Era Francia, la libre, la heroica, que en su sueño de siglos dormida despertaba iracunda a la vida al reclamo viril de Dantón: Era Francia, que enviaba a la muerte la cabeza del Rey consagrado, y que alzaba soberbia a su lado, el altar de la diosa razón.
VI estrofa
Tú también, ¡oh mi patria!, te alzaste de tu sueño servil y profundo; tú también enseñastes al mundo destrozado el infame eslabón. Y en tu suelo bendito, tras la alta cabellera de monte salvaje, como un ave de negro plumaje, la colonia fugaz se perdió.
VII estrofa
Por guardar ese emblema divino marcharemos, ¡oh patria!, a la muerte; generosa será nuestra suerte si morimos pensando en tu amor. Defendiendo tu santa bandera, y en sus pliegues gloriosos cubiertos, serán muchos, Honduras, tus muertos, ¡pero todos caerán con honor!
Historia El Himno Nacional de Nicaragua surgió de un concurso establecido en 1918 por el gobierno de turno. En ese concurso, se pedía escribir dos cuartetos que hablaran sobre el trabajo y la paz, y que se adaptaran a una melodía antes definida. La melodía provenía de un canto litúrgico anónimo utilizado por un frayle llamado Castinove
Historia Su música fue compuesta por Manuel María Gutiérrez Flores, quien dedicó la partitura al francés Gabriel-Pierre Lafond. La música fue creada para recibir a delegados de Gran Bretaña y Estados Unidos en ese año. Ha tenido varias letras; la actual fue escrita para un concurso convocado en 1903 por el gobierno de don Ascensión Esquivel Ibarra, para darle al himno una letra que reflejara la idea de ser costarricense. El concurso lo ganó José María Zeledón Brenes. Fue declarado oficial en 1949, bajo el gobierno de José Figueres Ferrer.
Letra: José María Zeledón Música: Manuel María Gutiérrez.
Noble patria, tu hermosa bandera expresión de tu vida nos da; bajo el límpido azul de tu cielo blanca y pura descansa la paz.
En la lucha tenaz, de fecunda labor que enrojece del hombre la faz, conquistaron tus hijos labriegos sencillos eterno prestigio, estima y honor.
¡Salve, oh tierra gentil! ¡Salve, oh madre de amor! Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril, la tosca herramienta en arma trocar.
Salve oh Patria tú pródigo suelo, dulce abrigo y sustento nos da; bajo el límpido azul de tu cielo ¡vivan siempre el trabajo y la paz!
Historia Para 1897, compuso la música de una canción para las escuelas que título Himno Patriótico Istmeño. La letra era obra de Juan Augusto Torres, secretario de instrucción pública para esa época.
En 1903, William I. Buchanan, primer embajador y ministro plenipotenciario de Estados Unidos ante Panamá, iba a presentar credenciales ante la Junta Provisional de Gobierno, y no había un himno para interpretarlo, tal como lo exigía el protocolo usual. Santos Jorge sugiere, que se utilice su himno para tal ocasión, lo que fue aceptado, ya que la canción estaba respaldada por el público en general.
Historia El Himno Nacional de El Salvador, que se adoptó popularmente como la Canción Nacional, el 15 de septiembre de 1879, no tuvo reconocimiento oficial sino hasta el 11 de diciembre de 1953, como consecuencia de una ruidosa polémica de prensa que se suscitó por unas dudas al respecto, y después de la cual se demostró que el Himno Nacional reconocido oficialmente era otro.
En el año de 1853, el presidente Antonio López de Santa Anna, por conducto del Ministro de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, Miguel Lerdo de Tejada, lanza otra convocatoria con el fin de adoptar un canto que fuese constante y patriótico.
De las 26 composiciones presentadas se eligió una como ganadora, la del poeta originario de San Luis Potosí, Francisco González Bocanegra, sin embargo, ahora el problema resultaba ser la música que se adaptaría a dicha letra. A sobre cerrado, se envió la composición de la música del Himno, solamente con unas iniciales, J.N. Jaime Nunó, un músico catalán, fue el autor, y por primera vez se cantó el 15 de septiembre de 1854, en el Teatro Santa Anna.
Coro
Mexicanos al grito de guerra
el acero aprestad y el bridón.
Y retiemble en sus centros la tierra,
al sonoro rugir del cañón.
Estrofa I
Ciña ¡oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
Estrofa II
En sangrientos combates los viste
por tu amor palpitando sus senos,
arrostrar la metralla serenos,
y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas
de tus hijos inflama la mente,
los recuerdos del triunfo tu frente,
volverán inmortales a ornar.
Estrofa III
Como al golpe del rayo la encina,
se derrumba hasta el hondo torrente,
la discordia vencida, impotente,
a los pies del arcángel cayó.
Ya no más, de tus hijos la sangre,
se derrame en contienda de hermanos;
sólo encuentre el acero en sus manos
quien tu nombre sagrado insultó.
Estrofa IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
te defiende la espada terrible,
y sostiene su brazo invencible,
tu sagrado pendón tricolor.
Él será del feliz mexicano
en la paz y en la guerra el caudillo.
porque él supo sus armas de brillo
circundar en los campos de honor.
Estrofa V
Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la Patria manchar los blasones,
Guerra, guerra, los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra. En el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen,
y los ecos sonoros resuenen
con la voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Estrofa VI
Antes, Patria, que inermes tu hijos,
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la Patria aquí fue.
Estrofa VII
Si a la lid contra hueste enemiga,
nos convoca la trompa guerrera,
de Iturbide la sacra bandera,
mexicanos, valientes seguid.
Y a los fieles bridones les sirvan
las vencidas enseñas de alfombra;
los laureles del triunfo den sombra
a la frente del Bravo Adalid.
Estrofa VIII
Vuelva altivo a los patrios hogares,
el guerrero a cantar su victoria,
ostentando las palmas de gloria
que supiera en la lid conquistar.
Tornaránse sus lauros sangrientos
en guirnaldas de mirtos y rosas,
que el amor de las hijas y esposas,
también sabe a los bravos premiar.
Estrofa IX
Y el que al golpe de ardiente metralla,
de la Patria en las aras sucumba,
obtendrá en recompensa una tumba
donde brille, de gloria, la luz.
Y, de Iguala, la enseña querida
a su espada sangrienta enlazada,
de laurel inmortal coronada,
formará de su fosa una cruz.
Estrofa X
¡Patria, Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín, con su bélico acento,
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!
Los Himnos Nacionales comenzaron a surgir cuando en el mundo sucedían situaciones como la unificación de los países o el surgimiento de Estados-Nación como Imperios, con el fin de lograr una demostración de unidad nacional y la conformación de símbolos patrios, junto con el establecimiento de otros símbolos como una Bandera, y un escudo como emblemas de distinción.
Historia La primera versión fue escrita por un autor anónimo y apareció el 20 de mayo de 1830. La segunda la escribió el poeta guayaquileño José Joaquín de Olmedo a petición del entonces presidente Juan José Flores.
La tercera apareció en 1838, escrita por el general Flores. La cuarta la presentó en 1845 el doctor Agustín Salazar y Lozano. En 1865 se solicitó a Juan León Mera componer la letra del Himno Nacional y aceptó. Hubo algunos intentos por modificar la letra pero finalmente el Congreso Nacional de 1948 proclamó, como oficial el Himno compuesto por Juan León Mera (letra) y Antonio Neumane (música) en 1865. Este se mantiene hasta nuestros días.
CORO Salve oh Patria, mil veces! Oh Patria! gloria a ti! Y a tu pecho rebosa gozo y paz, y tu frente radiosa más que el sol contemplamos lucir.
ESTROFAS
I Indignados tus hijos del yugo que te impuso la ibérica audacia, de la injusta y horrenda desgracia que pesaba fatal sobre ti, santa voz a los cielos alzaron, voz de noble y sin par juramento, de vengarte del monstruo sangriento, de romper ese yugo servil.
II Los primeros los hijos del suelo que, soberbio; el Pichincha decora te aclamaron por siempre señora y vertieron su sangre por ti. Dios miró y aceptó el holocausto, y esa sangre fue germen fecundo de otros héroes que, atónito, el mundo vio en tu torno a millares surgir.
III De estos héroes al brazo de hierro nada tuvo invencible la tierra, y del valle a la altísima sierra se escuchaba el fragor de la lid; tras la lid la victoria volaba, libertad tras el triunfo venía, y al león destrozado se oía de impotencia y despecho rugir.
IV Cedió al fin la fiereza española, y hoy, oh Patria, tu libre existencia es la noble y magn¡fica herencia que nos dio, el heroísmo feliz; de las manos paternas la hubimos, nadie intente arrancárnosla ahora, ni nuestra ira excitar vengadora quiera, necio o audaz, contra sí.
V Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras de tus héroes gloriosos nos miran, y el valor y el orgullo que inspiran son augurios de triunfos por ti. Venga el hierro y el plomo fulmíneo, que a la idea de guerra, y venganza se despierta la heroica pujanza que hizo al fiero español sucumbir.
VI Y si nuevas cadenas prepara la injusticia de bárbarasuerte, gran Pichincha! prevén tú la muerte de la patria y sus hijos al fin; hunde al punto en tus hondas extrañas cuando existe en tu tierra: el tirano huelle sólo cenizas y en vano busque rastro de ser junto a ti.
Historia El 30 de mayo de 1934 cuando el presidente de la República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo Molina, mediante la Ley número 700, declaró himno oficial de la República el compuesto por el maestro José Reyes con letra del poeta y educador Emilio Prud'homme. El Artículo 33 de la Constitución declara: "El Himno Nacional es la composición musical de José Reyes con letras de Emilio Prud´Homme, y es único e invariable."
Historia El Himno Nacional de Cuba se cantó por primera vez el 20 de octubre de 1868, cuando los mambises liberaron Bayamo. Inicialmente se conoció como "La Bayamesa". El patriota y mambí Pedro Figueredo fue el autor de este himno que fue escrito en la montura de su caballo, recien tomada la ciudad.
Al combate corred, Bayameses, que la patria os contempla orgullosa no temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir. En cadenas vivir, es vivir en oprobio y afrenta sumidos; del clarín escuchad el sonido: a las armas, valientes, corred.
Historia El Rey Carlos III declara Marcha de Honor a la Marcha Granadera el 3 de septiembre de 1770. La costumbre y el arraigo popular la erigen en Himno Nacional, sin que exista ninguna disposición escrita. En 1870, el General Prim convoca un concurso nacional para crear un Himno Oficial. El concurso se declara desierto, aconsejando el Jurado que la Marcha Granadera continuara como Himno.
Finalmente, se aprobó una versión de la Marcha Granadera, que, respetando la armonización del Maestro Pérez Casas, recupera la composición de su época de origen, despojándola de de cambios de tono impropios del siglo XVIII.
Historia En sus versos se glorifica al pueblo . se refieren sus tiempos de tristeza, se preconizan ideales de libertad y se hace profesión de fe al aludir al Ser Supremo, Himno eminentemente religioso y patriótico, sagrada expresión de la voluntad y el querer del pueblo venezolano.
Coro Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó la Ley respetando la virtud y honor.
I ¡Abajo cadenas! (bis) Gritaba el señor; (bis) y el pobre en su choza Libertad pidió: A este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó. (Coro)
II Gritemos con brío: (bis) Muera la opresión (bis) Compatriotas fieles, la fuerza es la unión; y desde el Empíreo el Supremo Autor, un sublime aliento al pueblo infundió. (Coro)
III Unida con lazos (bis) que el cielo formó, (bis) la América toda existe en Nación; y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio. (Coro)
Historia El texto del Himno Nacional de Uruguay es de Francisco Acuña de Figueroa. Fue declarado como tal por decreto de 8 de julio de 1833. La música fue compuesta por Francisco José Debali, quien contó con la colaboración del músico aficionado Fernando Quijano. Fue interpretada por primera vez el 19 de julio de 1845 y oficializada por decreto del 25 de julio de 1848 . Noventa años más tarde un nuevo decreto incorpora modificaciones de Gerardo Grasso y Benone Calcavecchia.
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir. Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir.
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir. Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir. Sabremos cumplir! sabremos cumplir! sabremos cumplir!
¡Libertad, libertad, Orientales! Este grito a la patria salvó. Y a sus bravos, en fieras batallas, De entusiasmo sublime inflamó.
¡Libertad, libertad, Orientales! Este grito a la patria salvó. Y a sus bravos, en fieras batallas, De entusiasmo sublime inflamó.
De este don sacrosanto la gloria merecimos Tiranos ¡temblad! Tiranos ¡temblad! Tiranos ¡temblad! Ah!
¡Libertad! en la lid clamaremos Y muriendo, también ¡Libertad! Libertad en la lid clamaremos y muriendo, también ¡Libertad!! y muriendo, también ¡Libertad!! También ¡Libertad! También ¡Libertad!
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir!
Orientales, la Patria o la tumba. Libertad, o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. que sabremos cumplir.
Es el voto que el alma pronuncia, y que heroicos, sabremos cumplir. Que sabremos cumplir
Historia Nació de una danza escrita por el catalán Félix Astol Artés en el año 1867.Un año después, la poetisa Lola Rodríguez de Tió escribió la letra Revolucionaria, relacionada a la época política que se vivía en la Isla. En el 1901, Manuel Fernádez Juncos escribe una nueva versión que es la que hoy conocemos, mientras Francisco Ramírez Ortíz escribe la música. El arreglo musical y oficial del Himno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico es hecho por Ramón Collado en 1952. El mismo se interpretó por primera vez como Himno Oficial el 25 de julio de 1952, en los actos de la Proclamacón de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
La tierra de Borinquen donde he nacido yo. Es un jardín florido de mágico esplendor. Un cielo siempre nítido le sirve de dosel. Y dan arrullos plácidos las olas a sus pies. Cuando a sus playas llego Colón, exclamó lleno de admiración: Oh! Oh! Oh! Esta es la linda tierra, que busco yo. Es Borinquen la hija, la hija del Mar y el sol. del Mar y el Sol, del Mar y el Sol, del Mar y el Sol, del Mar y el Sol!
Historia La música y la letra del Himno Nacional fueron publicadas por José Bernardo Alcedo en su libro "Teoría Elemental de la Música". En la letra aparecen el coro y seis estrofas, letra según confiesa Alcedo, que había experimentado algunas modificaciones y en la que no figuraba la estrofa más cantada y mejor ajustada a la música: "Largo tiempo el peruano oprimido..... ". Poco tiempo después de la victoria de Ayacucho, el Capitán José Hipólito Herrera publicó el 'Álbum de Ayacucho', donde aparece la letra del Himno Nacional con el coro y cuatro estrofas.
Posteriormente en I853, el poeta Manuel Nicolás Corpancho en su libro "Lira Patriótica del Perú'; publica el coro y tres estrofas del Himno Nacional, y tampoco aparece en este texto la más popular estrofa mencionada por Alcedo, y aún más, Corpancho con la intención de eliminar algunas de las imperfecciones literarias del original de Torre Ugarte, corrige íntegramente la estrofa que se refiere a Lima (La cuarta en la letra considerada como definitiva) y a la vez modifica dos líneas finales de la considerada como quinta estrofa.
Letra: José de la Torre Ugarte Musica : José Bernardo Alcedo.
CORO Somos libres, seámoslo siempre, y antes niegue sus luces del sol, que faltemos al voto solemne que la Patria al Eterno elevo ESTROFAS
I Largo tiempo el peruano oprimido la ominosa cadena arrastro condenada a una cruel servidumbre largo tiempo en silencio gimió. Mas apenas el grito sagrado ¡Libertad! en sus costas se oyó; la indolencia al esclavo sacude la humillada cerviz levantó.
II Ya el estruendo de broncas cadenas que escuchamos tres siglos de horror de los libres el grito sagrado que oyó atónito el mundo, ceso. Por doquier San Martín inflamado libertad, libertad, pronunció y meciendo su base los Andes la enunciaron también a una voz.
III Con su influjo los pueblos despiertan, y cual rayo corrió la opinión; desde el itsmo a las tierras del fuego, desde el fuego a la helada región todos juran romper el enlace que natura a ambos mundos negó, y quebrar ese cetro que España, reclinaba orgullosa en los dos.
IV Lima cumple ese voto solemne y severa su enojo mostró al tirano impotente lanzado que intentaba su opresión. A su esfuerzo saltaron los grillos y los surcos que en sí reparo, le atizaron el odio y venganza Que heredara de su Inca y Señor.
V Compatriotas, no más verla esclava, Si humillada tres siglos gimió para siempre jurémosla libre manteniendo su propio esplendor. Nuestros brazos hasta hoy desarmados, estén siempre cebando el cañón, que algún día las playas se Iberia sentirán de su estruendo el terror.
VI En su cima los Andes sostengan la bandera o pendón bicolor que a los siglos anuncie el esfuerzo que ser libres por siempre nos dió. A su sombra vivamos tranquilos, y al nacer por sus cumbres el sol, renovemos el gran juramento que rendimos al dios de Jacob
Historia La primera vez que se cantó el Himno Nacional de Honduras fue el 15 de septiembre de 1904 por las alumnas de la Escuela Normal de Señoritas. El 13 de noviembre de 1915 bajo decreto No. 42 el presidente de la república, doctor Alberto Membreño dió vida oficial al Himno Nacional.
CORO Tu bandera es un lampo de cielo por un bloque de nieve cruzado; y se ven en su fondo sagrado cinco estrellas de pálido azul; en tu emblema, que un mar rumoroso con sus ondas bravías escuda, de un volcán, tras la cima desnuda, hay un astro de nítida luz.
I estrofa
India virgen y hermosa dormías de tus mares al canto sonoro, cuando echada en tus cuencas de oro el audaz navegante te halló; y al mirar tu belleza extasiado, al influjo ideal de tu encanto, la orla azul de tu espléndido manto con su beso de amor consagró.
II estrofa
De un país donde el sol se levanta, más allá del Atlante azulado, aquel hombre que te había soñado y en tu busca a la mar se lanzó. Cuando erguiste la pálida frente, en la viva ansiedad de tu anhelo, bajo el dombo gentil de tu cielo ya flotaba un extraño pendón.
III estrofa
Era inútil que el indio tu amado se aprestara a la lucha con ira, porque envuelto en su sangre Lempira, en la noche profunda se hundió; y de la épica hazaña, en memoria, la leyenda tan sólo ha guardado de un sepulcro el lugar ignorado y el severo perfil de un peñón.
IV estrofa
Por tres siglos tus hijos oyeron el mandato imperioso del amo; por tres siglos tu inútil reclamo en la atmósfera azul se perdió; pero un día de gloria tu oído percibió, poderoso y distante, que allá lejos, por sobre el Atlante, indignado rugía un león.
V estrofa
Era Francia, la libre, la heroica, que en su sueño de siglos dormida despertaba iracunda a la vida al reclamo viril de Dantón: Era Francia, que enviaba a la muerte la cabeza del Rey consagrado, y que alzaba soberbia a su lado, el altar de la diosa razón.
VI estrofa
Tú también, ¡oh mi patria!, te alzaste de tu sueño servil y profundo; tú también enseñastes al mundo destrozado el infame eslabón. Y en tu suelo bendito, tras la alta cabellera de monte salvaje, como un ave de negro plumaje, la colonia fugaz se perdió.
VII estrofa
Por guardar ese emblema divino marcharemos, ¡oh patria!, a la muerte; generosa será nuestra suerte si morimos pensando en tu amor. Defendiendo tu santa bandera, y en sus pliegues gloriosos cubiertos, serán muchos, Honduras, tus muertos, ¡pero todos caerán con honor!
Historia El Himno Nacional de Nicaragua surgió de un concurso establecido en 1918 por el gobierno de turno. En ese concurso, se pedía escribir dos cuartetos que hablaran sobre el trabajo y la paz, y que se adaptaran a una melodía antes definida. La melodía provenía de un canto litúrgico anónimo utilizado por un frayle llamado Castinove
Historia Su música fue compuesta por Manuel María Gutiérrez Flores, quien dedicó la partitura al francés Gabriel-Pierre Lafond. La música fue creada para recibir a delegados de Gran Bretaña y Estados Unidos en ese año. Ha tenido varias letras; la actual fue escrita para un concurso convocado en 1903 por el gobierno de don Ascensión Esquivel Ibarra, para darle al himno una letra que reflejara la idea de ser costarricense. El concurso lo ganó José María Zeledón Brenes. Fue declarado oficial en 1949, bajo el gobierno de José Figueres Ferrer.
Letra: José María Zeledón Música: Manuel María Gutiérrez.
Noble patria, tu hermosa bandera expresión de tu vida nos da; bajo el límpido azul de tu cielo blanca y pura descansa la paz.
En la lucha tenaz, de fecunda labor que enrojece del hombre la faz, conquistaron tus hijos labriegos sencillos eterno prestigio, estima y honor.
¡Salve, oh tierra gentil! ¡Salve, oh madre de amor! Cuando alguno pretenda tu gloria manchar, verás a tu pueblo valiente y viril, la tosca herramienta en arma trocar.
Salve oh Patria tú pródigo suelo, dulce abrigo y sustento nos da; bajo el límpido azul de tu cielo ¡vivan siempre el trabajo y la paz!
Historia Para 1897, compuso la música de una canción para las escuelas que título Himno Patriótico Istmeño. La letra era obra de Juan Augusto Torres, secretario de instrucción pública para esa época.
En 1903, William I. Buchanan, primer embajador y ministro plenipotenciario de Estados Unidos ante Panamá, iba a presentar credenciales ante la Junta Provisional de Gobierno, y no había un himno para interpretarlo, tal como lo exigía el protocolo usual. Santos Jorge sugiere, que se utilice su himno para tal ocasión, lo que fue aceptado, ya que la canción estaba respaldada por el público en general.
Historia El Himno Nacional de El Salvador, que se adoptó popularmente como la Canción Nacional, el 15 de septiembre de 1879, no tuvo reconocimiento oficial sino hasta el 11 de diciembre de 1953, como consecuencia de una ruidosa polémica de prensa que se suscitó por unas dudas al respecto, y después de la cual se demostró que el Himno Nacional reconocido oficialmente era otro.
En el año de 1853, el presidente Antonio López de Santa Anna, por conducto del Ministro de Fomento, Colonización, Industria y Comercio, Miguel Lerdo de Tejada, lanza otra convocatoria con el fin de adoptar un canto que fuese constante y patriótico.
De las 26 composiciones presentadas se eligió una como ganadora, la del poeta originario de San Luis Potosí, Francisco González Bocanegra, sin embargo, ahora el problema resultaba ser la música que se adaptaría a dicha letra. A sobre cerrado, se envió la composición de la música del Himno, solamente con unas iniciales, J.N. Jaime Nunó, un músico catalán, fue el autor, y por primera vez se cantó el 15 de septiembre de 1854, en el Teatro Santa Anna.
Coro
Mexicanos al grito de guerra
el acero aprestad y el bridón.
Y retiemble en sus centros la tierra,
al sonoro rugir del cañón.
Estrofa I
Ciña ¡oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
Estrofa II
En sangrientos combates los viste
por tu amor palpitando sus senos,
arrostrar la metralla serenos,
y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas
de tus hijos inflama la mente,
los recuerdos del triunfo tu frente,
volverán inmortales a ornar.
Estrofa III
Como al golpe del rayo la encina,
se derrumba hasta el hondo torrente,
la discordia vencida, impotente,
a los pies del arcángel cayó.
Ya no más, de tus hijos la sangre,
se derrame en contienda de hermanos;
sólo encuentre el acero en sus manos
quien tu nombre sagrado insultó.
Estrofa IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
te defiende la espada terrible,
y sostiene su brazo invencible,
tu sagrado pendón tricolor.
Él será del feliz mexicano
en la paz y en la guerra el caudillo.
porque él supo sus armas de brillo
circundar en los campos de honor.
Estrofa V
Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la Patria manchar los blasones,
Guerra, guerra, los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra. En el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen,
y los ecos sonoros resuenen
con la voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Estrofa VI
Antes, Patria, que inermes tu hijos,
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la Patria aquí fue.
Estrofa VII
Si a la lid contra hueste enemiga,
nos convoca la trompa guerrera,
de Iturbide la sacra bandera,
mexicanos, valientes seguid.
Y a los fieles bridones les sirvan
las vencidas enseñas de alfombra;
los laureles del triunfo den sombra
a la frente del Bravo Adalid.
Estrofa VIII
Vuelva altivo a los patrios hogares,
el guerrero a cantar su victoria,
ostentando las palmas de gloria
que supiera en la lid conquistar.
Tornaránse sus lauros sangrientos
en guirnaldas de mirtos y rosas,
que el amor de las hijas y esposas,
también sabe a los bravos premiar.
Estrofa IX
Y el que al golpe de ardiente metralla,
de la Patria en las aras sucumba,
obtendrá en recompensa una tumba
donde brille, de gloria, la luz.
Y, de Iguala, la enseña querida
a su espada sangrienta enlazada,
de laurel inmortal coronada,
formará de su fosa una cruz.
Estrofa X
¡Patria, Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
si el clarín, con su bélico acento,
los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!
Los Himnos Nacionales comenzaron a surgir cuando en el mundo sucedían situaciones como la unificación de los países o el surgimiento de Estados-Nación como Imperios, con el fin de lograr una demostración de unidad nacional y la conformación de símbolos patrios, junto con el establecimiento de otros símbolos como una Bandera, y un escudo como emblemas de distinción.